Daniel Salvador. Fotógrafo de obras de arte.
San Hermenegildo. Anónimo, h. 1580
Hermandad de San Hermenegildo, Sevilla
Siendo Hermenegildo (564-585) gobernador de la Bética se rebeló contra
su padre, el rey visigodo Leovigildo por motivos religiosos, tras
convertirse al catolicismo con la intervención de San Leandro,
abandonando así el arrianismo. Se coronó rey y fue vencido y martirizado por
su padre aunque posteriormente su hermano Recaredo proclamó el
catolicismo en España en el III Concilio de Toledo en el año 589.
Los caballeros que conquistaron Sevilla junto a Fernando III el Santo en 1248
fundaron la Hermandad de San Hermenegildo. Eligieron la devoción de quien,
como su rey, había sido soldado en defensa de la fe católica. Desde entonces
la capilla permanece en la Puerta de Córdoba de la muralla almohade,
supuesto lugar en el que el santo había estado preso.
La figura de san Hermenegildo sirvió a los reyes Austrias españoles para
manifestar la legitimidad de la corona como defensora del catolicismo frente a
los enemigos de la Fe. El cisma con Roma de Enrique VIII de Inglaterra y el
desarrollo de las guerras de religión en Europa provocaron una situación
política y religiosa convulsa durante los siglos XVI y XVII, cuando la devoción a
San Hermenegildo volvió a adquirir arraigo. De esos años datan los dos granes
cuadros de altar que contemplamos en la sala del Museo: Apoteosis de san
Hermenegildo (1624), de Francisco de Herrera el Viejo y Tránsito de san
Hermenegildo (1601), de Alonso Vázquez y Juan de Uceda. Desde entonces
han sido diversas las instituciones en la ciudad que han estado bajo su
advocación
El canónigo Cristóbal Suárez de Ribera, administrador de la hermandad,
promovió la construcción del actual templo y dependencias entre 1606 y
1616. En agradecimiento, fue enterrado en la capilla mayor añadiendo sobre
su tumba el retrato póstumo que le realizó un joven Diego Velázquez en 1620.
Este encargo se realizó probablemente a sugerencia de Francisco Pacheco,
quien había designado al eclesiástico padrino de bautismo de su hija Juana,
recientemente esposada con el pintor. En 1970 la pintura fue depositada por
la hermandad en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
La escultura de san Hermenegildo
Esta escultura fue la titular de la Hermandad hasta que fue sustituída por
la que, atribuida a Martínez Montañés, se encuentra hoy presidiendo el
retablo del altar mayor en el templo. Vemos aquí al santo como rey,
sedente en su trono y con corona; y como defensor del catolicismo y mártir,
porta el hacha, los grilletes y el crucifijo. Muchos de estos elementos se
encuentran en el emblema de la hermandad, que aparecen, junto con la palma
del martirio y la corona de rosas, en el retrato de Velázquez.
De autor desconocido, la talla se ha relacionado con el círculo de Juan Bautista
Vázquez el Viejo, el escultor más importante en la Sevilla de la época, por su
similitud anatómica con el torso del crucificado. La obra participa de las
características del arte del momento, si bien resulta algo inexpresiva e
ingenua, en cierto modo por la desproporción de las manos, o en la
concepción de la barba partida y el mechón de la frente.
Debido a su emplazamiento en el altar del primitivo oratorio, la imagen había
sufrido graves desperfectos. El soporte presentaba un gran ataque de
xilófagos, pérdidas y fisuras; falta de adhesión en la capa de preparación; la
policromía lagunas, levantamientos, desgastes, repintes y en el dorado
levantamientos. Ha sido restaurada recientemente por Carlos Peñuela.
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